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Se crea la División del Norte

29 de septiembre de 1913

A finales del mes de septiembre de 1913 se llevó a cabo una reunión que sería fundamental para el desarrollo de la Revolución mexicana y esencial para la trayectoria de Francisco Villa como líder rebelde. Al antiguo casco de la Hacienda de La Loma, ubicada en Durango, llegaron centenares de revolucionarios, con la idea de organizarse y planear su siguiente estrategia dentro del conflicto armado. 

Hasta entonces habían actuado como pequeños grupos guerrilleros que se movilizaban por la zona de Durango y Chihuahua de manera dispersa, ahora se buscaba lograr la unificación bajo un frente común. De esta manera, en la madrugada del 29 de septiembre, los convocados se dieron a la tarea de discutir la propuesta de conformar un ejército regular que reuniera a todos aquellos grupos que hasta ese momento habían actuado de forma coordinada, pero separada, y elegir a un dirigente que los encabezara a todos. Los propuestos para estar a cargo de aquellas fuerzas serían los generales Francisco Villa, Tomás Urbina, Calixto Contreras y Juan E. García. Según los especialistas en el tema, Contreras se puso de pie y rechazó su candidatura para resaltar el prestigio de Villa como hombre de armas, experiencia y capacidad organizadora y pidió que se le reconociera como líder. Según Pedro Salmerón, “tras guardar silencio se escuchó al unísono el grito de "¡Viva Villa!" y todos los mandos revolucionarios aclamaron al centauro como su jefe.” De este modo nació la División del Norte que se convertiría en uno de los ejércitos populares más poderosos de América Latina. Quedó constituido por diversas brigadas de caballería (compuestas entre 400 y 2500 hombres) con un general al frente de cada una, como; por ejemplo, la Morelos, de Tomás Urbina; la Villa, de José Rodríguez; la Benito Juárez, de Maclovio Herrera; la Cuauhtémoc, de Trinidad Rodríguez; la Robles, de José Isabel Robles; la Hernández, de Rosalío Hernández; entre otras. El primer gran triunfo de la División del Norte se llevó a cabo con la toma de Torreón y se considera que su última victoria, antes de comenzar con su caída fue la batalla de la Cuesta de Sayula, librada en el suroeste de Jalisco en febrero de 1915.