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Inician las Batallas de Celaya, enfrentamientos entre fuerzas convencionistas y constitucionalistas al mando de Francisco Villa y Álvaro Obregón 

6 de abril de 1915

Los especialistas consideran que la guerra civil que se llevó a cabo en 1915 entre los partidarios de Venustiano Carranza, o constitucionalistas, contra los de Francisco Villa y Emiliano Zapata, conocidos como convencionistas, fue la etapa más violenta de la Revolución mexicana. Dentro de este difícil periodo, destacan una serie de contiendas que se realizaron en el Bajío guanajuatense, entre el 6 y el 15 de abril de ese año en las inmediaciones de la localidad de Celaya, ahora comúnmente llamadas las Batallas de Celaya.

La primera fase de los enfrentamientos ocurrió los días 6 y 7 de abril de 1915, en los cuales Álvaro Obregón defendió su posición ante las embestidas de los villistas y éstos se refugiaron en Salamanca. La fase decisiva comenzó el 13 de abril, cuando el general sonorense aprovechó ciertas debilidades de la estrategia de Villa. El 15 de abril, la victoria correspondió a las tropas constitucionalistas, tras lo cual Villa tuvo que replegarse hacia León. A decir de Pedro Salmerón, en las Batallas de Celaya se enfrentaron poderosos ejércitos comandados por “jefes capaces, populares y carismáticos y terminó con la destrucción militar de uno de los bandos en pugna”, por lo que es un episodio complejo ya que los vencedores hicieron una versión de los hechos sustentada en las acciones militares, que resulta necesario cuestionar; sobre todo, porque las fuentes villistas son escasas y no se ha dado un análisis mucho más a fondo de obras que ayudarían a explicar que la derrota de Villa no sólo se debió a los hechos tácticos, sino también a situaciones externas que estaban fuera de su control, como el apoyo estadunidense a la causa constitucionalista. Aunque en los campos de batalla se impusieran los carrancistas, los vencidos también obtuvieron una victoria: Villa no estaba derrotado, ni tampoco su proyecto social. Es más, el constitucionalismo entendió que tenía que adoptar parte del programa de los derrotados si quería detener las acciones armadas y consolidar el poder político.