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Arquitectura militar en la Colonia
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Arquitectura militar en la Colonia: Miguel Constanzó

Durante la Colonia toda construcción en la Nueva España dependía del cuerpo de ingenieros militares. A excepción de la arquitectura vernácula que resolvía morada y necesidades básicas, las fortalezas, mercados, caminos, edificios de gobierno e iglesias se debían al Real Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Desde la década de 1550 llegaron individuos a quienes la Corona había otorgado una patente que los designaba como ingenieros constructores. Uno de los más importantes  fue Miguel Constanzó. 

Además de encargarse de la arquitectura cotidiana para el funcionamiento del virreinato, otra de las tareas, menos obvia pero igualmente importante que estos ingenieros llevaron a cabo, fue la de diagramar mapas, planos y descripciones necesarias para erigir, ubicar o explicar todo edificio. La vista que aquí mostramos es de 1793 e incluye a la Catedral, el Sagrario, la cárcel de la Corte, la esquina de Tacuba y el Parián que forman lo que se conoce como Plaza Mayor. El coronel Constanzó dirigió la obra. Adscrito al ejército de Carlos IV, viajó durante cuatro meses por la costa del Pacífico haciendo planos descriptivos para diversos baluartes y edificaciones de interés para el reino. A su regreso entró como profesor y consiliario a la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos. De origen barcelonés y noble entró al cuerpo de élite del ejército, con el cual, a partir de 1764, se dirigió al virreinato de la Nueva España como parte de la expedición punitiva en contra de los indios rebeldes de Sonora.

En 1768 recibió la orden del virrey, Marqués de Croix, de trasladarse al puerto de San Blas, donde debía esperar la llegada del visitador José de Gálvez para ir a Monterrey y a la Alta California. De entonces son la mayoría de sus planos y proyectos. Enviado por mar, llevó instrucciones precisas de Gálvez para que sus observaciones astronómicas, junto con las de los capitanes de navío, corrigieran las cartas de navegación. En tierra, debía levantar los planos de los puertos de San Diego y Monterrey, así como dirigir las obras para un fuerte provisional. Producto de este viaje son sus Diarios, además de su correspondencia tanto con el virrey como con el visitador. Las obras en las que participó o supervisó a otros ingenieros militares en la Nueva España fueron: San Juan de Ulúa, San Diego en Acapulco, el fuerte de Bacalar, las murallas de Campeche, entre otros.