Afrodescendencia: derecho a la identidad
La diversidad cultural y étnica que existe en México es vasta y las personas afrodescendientes forman uno de los grupos presentes en los procesos históricos desde el virreinato hasta la actualidad.
Según la “Consulta para la identificación de Comunidades Afrodescendientes de México” realizada en 2012 por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (cdi), actualmente Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (inpi), se les define como: “Todos los pueblos y personas descendientes de la diáspora africana en el mundo”. Para el caso de América Latina y el Caribe, el concepto se refiere a las distintas culturas “negras” o “morenas” que recrearon los descendientes de africanos esclavizados que llegaron al continente, debido al auge del comercio de personas a través del Atlántico desde el siglo xvi hasta el xix.”
En México —así como en otras partes del mundo—, la llegada de personas de origen africano se dio de dos formas: la primera en calidad de esclavos para trabajar de manera forzada en diversas empresas, y la segunda, en movimientos de migración. Hoy en día las poblaciones afrodescendientes en el país se pueden encontrar en los estados de Coahuila, Guerrero, Chiapas, Michoacán, Oaxaca y Veracruz.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe todo tipo de discriminación motivada por origen étnico, nacionalidad, género, edad, discapacidad, condición social, de salud, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otro que atente contra la dignidad humana y que busque menoscabar los derechos y libertades de las personas. Es por ello que reconocer y visibilizar a los afrodescendientes es necesario para generar inclusión, ya que son parte de la conformación de esta nación e históricamente es uno de los grupos más afectados por la discriminación.