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Expresiones artísticas
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Bandas de Guerra en la historia de México

Todos en México recordamos las bandas de Guerra en los desfiles militares y en los honores a la bandera durante la educación básica. Su función es sustituir las órdenes a viva voz para pelotones o regimientos. La ejecución obedece a un manual de toques militares. Pero aquellas tonadas tienen una peculiar historia en nuestro país. Las cajas y cornetas de la Infantería y clarines y trompetas para Caballería (hoy Artillería) tienen también su origen y trama en la historia de la nación. Su evolución fundamental ocurre con la Intervención francesa y la República Restaurada.

Entre 1865 y 1866, la Banda de la Legión Austriaca y los músicos de la Guardia Imperial al mando de Bazaine se presentaron en la Plaza de Armas de la Ciudad de México. Igual haría la Legión Belga en Puebla y Oaxaca en 1867. Ignacio M. Altamirano recuerda en sus crónicas que, al regreso de Juárez, las agrupaciones militares nacionales ofrecían piezas de ópera, zarzuela, danzas, “el ta y el té”. El repertorio se dividía en cuatro grandes géneros: música de concierto arreglada para los alientos; moda europea como valses, polkas y mazurcas; melodías populares; y marchas, himnos y ceremonial castrense. En el programa del festejo para el 16 de septiembre en 1872 la Junta Patriótica de la Ciudad de México incluyó música de bandas “desde el toque de diana... y hasta caer la noche”.

La más famosa de aquellas bandas fue la del 8º Regimiento de Caballería, después Banda del Estado Mayor, la cual estuvo bajo la batuta de dos de los mejores directores de la época: Encarnación Payén y Nabor Vázquez. Muy aplaudida en Nueva Orleans durante la Exposición Internacional de 1884, tenía 76 integrantes.

Candelario Rivas y Fernando Villalpando, Abundio Martínez, Macedonio Alcalá y Aniceto Ortega están entre los compositores de tonadas hoy reconocibles en cada primaria los lunes a primera hora. Clemente Aguirre e Isaac Calderón tuvieron bajo su batuta a la Banda de la Gendarmería en la Ciudad de México y de diversos batallones del Ejército. Asimismo, Julián Carrillo creó en 1913 una cátedra de instrumentación para bandas militares en el Conservatorio.

Hoy en día perviven tonadas como el Chaparrito bigotón, Ciudadela, Notas, 20 de noviembre y Tierra blanca, la mayoría aludiendo a anécdotas de la Revolución mexicana.