Ante esta situación complicada, a los federales no les quedaba más que cambiar de mandos con la intención de que, en algún momento, pudieran reorganizarse eficazmente y, de esta manera, seguir con éxito la persecución de los villistas. En este contexto, el general Joaquín Amaro se trasladó a la localidad de Satevó, Chihuahua, en donde se le pediría que continuara con esta labor. En junio de 1919 se llevó a cabo el asalto de Ciudad Juárez por parte de Villa, y los constitucionalistas aprovecharon la ocasión para infringir daño a sus enemigos y después de varios días lograron dispersarlos gracias a un fuerte combate que sostuvieron contra las fuerzas del general Pablo Quiroga y de Amaro. Quiroga, oriundo de Ciénega de Flores en el estado de Nuevo León, y que se unió al ejército carrancista en 1913, contaba con amplia experiencia militar; fue comandante de varias plazas, y antes de trasladarse hacia el norte del país, había sido jefe militar en Jalisco. Como encargado de las campañas en Chihuahua y Coahuila logró dispersar a los villistas el 11 de agosto de 1919, cosa que no pudo conseguir hasta entonces por la pericia de los guerrilleros que se encontraban nuevamente en la zona que más conocían. Pero éstos no se darían por vencidos y, a pesar del daño que les hicieron, en esta ocasión resistirían colocando de nuevo a las tropas oficiales en una situación crítica. Para recordar esta fecha, reunimos documentos relacionados con Pablo Quiroga y su participación en la Revolución mexicana.