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Peregrina: la canción que inmortalizó el amor entre Alma Reed y Felipe Carrillo Puerto

De Felipe Carrillo Puerto (1874-1924) sabemos que fue un líder pacifista que defendió a los mayas y que apostó siempre por la educación y por resolver los conflictos mediante el diálogo, instalando una administración socialista en la que aceptó siempre la pluralidad de ideas. Con su mirada profunda de ojos verdes, que reflejaba sus convicciones humanistas, el gobernador de Yucatán fue pareja sentimental de la periodista estadunidense Alma M. Reed (1889-1966) y gracias a ese amor, surgió la famosa canción “Peregrina”, con letra de Luis Rosado Vega y música de Ricardo Palmerín.

Una tarde lluviosa fue cuando comenzó todo. Felipe, Alma y Luis se dirigían a una reunión en casa de Filiberto Romero, director de la Escuela de Música, el olor a tierra mojada se combinaba con el de las flores, lo que provocó que ella exclamara: ¡qué bien huele! desatando la respuesta del compositor: “todo huele bien porque usted pasa. Tierra, flores, quisieran besarla, y por eso llegan a usted con sus perfumes”. Ante tal respuesta Carrillo Puerto retó a Rosado Vega a hacerle un verso a la mujer y él aseguró que haría una canción, que dos días después estaría lista:

Peregrina de ojos claros y divinos

Y mejillas encendidas de arrebol,

Mujercita de los labios purpurinos

Y radiante cabellera como el sol.

La pareja se había conocido durante una recepción a los “yucatólogos”: científicos y exploradores estadunidenses que integraban una expedición arqueológica. Ahí fueron presentados, ambos quedaron asombrados y al poco tiempo se comprometieron.

Las reformas de inspiración socialista que hicieron tan famoso a Carrillo Puerto y que eran rechazadas por los más privilegiados y por la Iglesia católica, provocaron que el 3 de enero de 1924 fuera ejecutado con sus hermanos Edesio, Benjamín y Wilfrido y otros colaboradores políticos. Reed fue avisada del fusilamiento mediante un telegrama mientras se encontraba en San Francisco en el ensayo de su boda.

El amor entre ambos no murió allí; ella lo recordó siempre y acudió a varios homenajes y aniversarios luctuosos de su amado; incluso pidió que su monumento funerario estuviera frente de la tumba de Carrillo Puerto en Mérida. El amor de él se reitera como un mantra cada vez que suena Peregrina:

Cuando dejes mis palmeras y mi tierra,

Peregrina del semblante encantador:

No te olvides, no te olvides de mi tierra,

No te olvides, no te olvides de mi amor.