Juan O’Gorman nació en la Ciudad de México en 1905. Pasó algunos años de su infancia en Guanajuato, pero la familia, descendiente de migrantes irlandeses, regresó a la capital para instalarse definitivamente en el barrio de San Ángel. Este lugar fue testigo en 1929 de la construcción de la primera casa funcionalista en México, misma que causó gran disgusto entre los vecinos de aquel lugar tradicional rodeado por edificaciones de estilo colonial. El potencial de esta casa no sólo radicaba en la novedad de su estructura, de los materiales empleados o de su diseño, sino en lo social: este tipo de construcción podría utilizarse para crear viviendas accesibles para las clases populares. A pesar de todos sus aportes a esta disciplina, esta idea de modernidad le jugó una mala pasada, al darse cuenta de que, al basarse en el principio del máximo de eficiencia por el mínimo de esfuerzo, era una excelente oportunidad de que los capitalistas fueran quienes recibieran las mayores ventajas. Por eso, poco a poco se fue alejando de esta profesión para centrarse más en la pintura de caballete, en donde muchas veces plasmó su gusto por la arquitectura. Según el periodista Pablo de Llano, los últimos años de su vida los pasó en una casa que él mismo construyó durante los años treinta, lugar que fue testigo, el 18 de enero de 1982, del triste suicidio del artista, que desde hacía tiempo luchaba contra una profunda depresión. En la colección que organizamos para recordarlo mostramos varias de sus pinturas, algunas de las cuales fueron empleadas como portada de los libros de texto de la sep, así como fotografías de sus murales elaborados en la Biblioteca Central de la unam.