Cervantes, Shakespeare, Garcilaso de la Vega, Cataluña y el Día Internacional del Libro
23 de abril
En 1616 murieron Shakespeare, Garcilaso de la Vega y Cervantes Saavedra. Fue el escritor Vicente Clavel Andrés quien notó la efeméride y tuvo la idea en 1926 de hacer coincidir una celebración dedicada al libro con el Día de Sant Jordi, patrono de Cataluña. La fiesta dedicada a San Jorge es la misma en Alemania, Aragón, Bulgaria, Etiopía, Georgia, Grecia, Inglaterra, Líbano, Lituania, Países Bajos, Portugal, Eslovenia y México. En 1995, la unesco adoptó la fecha como Día Internacional del Libro.
El 23 de abril de 1616 Miguel de Cervantes Saavedra fue enterrado en el convento de las Trinitarias en Madrid, España. La noche anterior, en la cercana Iglesia de San Sebastián, había rogado a Nuestra Señora de la Novena (patrona de quienes escribían comedia teatral). El autor de El Quijote tuvo claro que se parecía a esa “triste figura” cada vez más y temía por su vida. El oriundo de Alcalá de Henares jamás conoció a William Shakespeare, pero en 1612 el irlandés Thomas Shelton tradujo fragmentos que se volvieron éxito de ventas en Londres bajo el título The History of the Valorous and Wittie Knight-Errant Don-Quixote of the Mancha.
Un año después Shakespeare publicó Don Cardenio, una obra en coautoría con John Fletcher y que tiene claras glosas al texto cervantino. Shakespeare murió en Stratford-upon-Avon aquel mismo 23 de abril de 1616. Pero ello en el calendario Juliano, que se usó en Inglaterra hasta 1752. Esa fecha se corresponde con el 3 de mayo, 11 días después en el calendario Gregoriano que adoptó España en 1582. Quizá la única genuina coincidencia sea que tuvo un modesto funeral en la Holy Trinity Church, denominación idéntica a la de las religiosas que llevaron a cabo las exequias de Cervantes. Por otro lado, Gómez Suárez de Figueroa, conocido como Inca Garcilaso de la Vega, fue cronista y literato del Virreinato del Perú. Nació en Cuzco el 12 de abril de 1539. Sus libros más conocidos son los Comentarios Reales, publicados en dos partes: Historia general del Perú, que se imprimió en Lisboa en 1609, y Comentarios, que vio la luz hasta un año después de su muerte. Su influyente obra literaria es frecuentemente comparada con la de Cervantes y la de Shakespeare. Falleció en Córdoba, también ese 23 de abril de 1616, y sus restos descansan en la Capilla de las Ánimas.