La Ciencia Recreativa: divulgación científica a finales del siglo xix
Las últimas décadas del siglo xix son consideradas polémicas debido al régimen dictatorial de Porfirio Díaz, pero durante esta misma época se dio un gran impulso a ciertas instituciones y programas enfocados al desarrollo de la ciencia y la tecnología que contribuyeron a su profesionalización. Los promotores de la vida científica durante este periodo no sólo fueron profesores o estudiantes que compartieron sus conocimientos en las aulas o en organizaciones especializadas, también hubo quienes decidieron difundirla entre la población a través de publicaciones periódicas accesibles.
Éste fue el caso del poblano José Joaquín Arriaga (1831-1896), quien buscó generalizar el conocimiento científico de áreas como la física, la mineralogía, la botánica, la zoología, la geografía y la agricultura industrial. Radicado en la Ciudad de México por cuestiones profesionales, Arriaga fue un activo periodista, así como fundador y colaborador de varias revistas, entre ellas, La Ciencia Recreativa, que vio la luz el 13 de abril de 1871, dirigida específicamente a niños y trabajadores. Según el propio editor, la obra tenía como objetivo “generalizar los conocimientos científicos embelleciéndolos con el artificio de la novela”, con lo que pretendía sembrar en la población más joven el interés por el conocimiento y ayudar a que las clases bajas pudieran encontrar otras fuentes de trabajo que mejoraran su situación. La colección que presentamos muestra varios ejemplares de esta publicación, dividida en folletos, y que cuenta con litografías elaboradas por Hesiquio Iriarte y José María Velasco, entre otros.