En este contexto inestable, Yucatán, asediado por el centralismo del general Antonio López de Santa Anna y cansado de defenderse de los ataques militares del mandatario, declaró su independencia en 1846. Todo parecía indicar que las cosas se mantendrían así, pero en 1847 estalló un conflicto interno, conocido como Guerra de Castas, impulsado por la población y los caciques mayas contra los blancos y mestizos que los explotaban. La situación era tan grave que Yucatán tuvo que pedir ayuda a países extranjeros a costa de su soberanía. En 1848, el gobernador de esa entidad, Miguel Barbachano, envió una comisión ante el presidente José Joaquín Herrera para tratar el asunto y el gobierno mexicano le remitió armas y dinero para terminar con la guerra a cambio de su reincorporación a la república. De esta manera, el 17 de agosto de ese año, Yucatán regresó a ser parte de México; sin embargo, la Guerra de Castas continuaría hasta principios del siglo xx. La colección que presentamos para conmemorar esta fecha se encuentra integrada por documentos de la época que contextualizan tanto el momento de la Guerra de Castas como la reincorporación de Yucatán a la república, pero también por libros y novelas que retrataron esta situación años después de acontecida. Aprender sobre los procesos regionales llevados a cabo en el país es fundamental para entender la diversidad y el entramado cultural que caracteriza al México moderno.