Fallecimiento de Pancho Villa
20 de julio de 1923
El 20 de julio de 1923, víctima de una emboscada, murió Francisco Villa. Conocido como el Centauro del Norte, pasó sus últimos años de vida en Canutillo, la hacienda que el gobierno le entregó para que se refugiara en ella con 50 de sus hombres.
Durante esos años, Canutillo se convirtió en un próspero negocio y Villa comenzó a interesarse en la agitada política regional y nacional. A pesar de que no representaba ya una amenaza mantenía inquieto al gobierno federal, pues su popularidad no había decaído y siempre se mantuvo alerta ante la posibilidad de la devolución de los latifundios del clan Terrazas-Creel. Ante la perspectiva de una ruptura en el grupo gobernante, la presencia de Villa se hacía cada vez más incómoda. Ante este panorama, el 20 de julio de 1923 ocho asesinos emboscaron al general Francisco Villa en Parral, Chihuahua. Fueron contratados, a través de Melitón Lozoya y del diputado Jesús Salas Barraza, por varios ciudadanos acaudalados de Parral que tenían asuntos pendientes con él. Además, según los especialistas en el tema, también tuvieron responsabilidad en estos hechos el presidente de la República y su secretario de Gobernación y virtual sucesor, generales Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, así como la de los gobernadores de Chihuahua y Durango, generales Ignacio Enríquez y Jesús Agustín Castro. Durante muchos años la historia oficial difundió una imagen de Pancho Villa en la que sólo se le reconocía como un bandolero y asesino despiadado. Afortunadamente, hoy las interpretaciones sobre la participación de Villa en este movimiento armado han dado una nueva mirada al personaje, del que en esta ocasión conmemoramos su fallecimiento con una serie de documentos e imágenes que nos ayudan a cuestionar, a debatir y a seguir construyendo una visión más crítica, pero también más real de este actor esencial en la historia de la Revolución mexicana.