El término “bombero” se encuentra relacionado con el uso de bombas para extraer agua de pozos, ríos, depósitos o almacenes para combatir el fuego. Se tienen registros de esta actividad que datan de la época de la conquista española, pues se estima que fue aproximadamente en 1527 cuando se organizaron los primeros grupos para apagar incendios en la Nueva España, y hacia 1571 se constituyó una brigada nueva y más formal. Durante el gobierno del presidente Benito Juárez se promulgó el primer decreto para la creación de la Compañía de Bomberos, gracias al cual se establecieron disposiciones para integrar un cuerpo profesional, y para 1891 ya se contaba con tres estaciones para servir a la capital. En 1922 se expidió el Reglamento del Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal, y en 1951 se le otorgó por orden presidencial el carácter de heroico. En México los bomberos son admirados por chicos y grandes, sobre todo porque se les relaciona con actos valientes y por anteponer la seguridad de los otros por encima de la suya, siendo también reconocidos por su entrega en situaciones extremas, aunque de igual forma se les ha utilizado como instrumento para controlar y reprimir manifestaciones y mítines. En la actualidad se estima que en nuestro país existen entre 14 mil y 16 mil bomberos, distribuidos en alrededor de 700 estaciones en toda la república. De ellos, aproximadamente la mitad son voluntarios, por lo que es necesario mejorar la infraestructura para que realicen su trabajo, así como su equipamiento y condiciones laborales.