Perros y gatos: amigos fieles de la humanidad
Para que el perro y el gato se convirtieran hoy en día en los fieles compañeros de los seres humanos tuvieron que pasar miles de años y un proceso de domesticación complejo que empezó de manera fortuita. Aunque es difícil precisar en qué momento y cómo sucedió, existen varias teorías.
Los lobos, al igual que los chacales, zorros y perros, pertenecen a la familia canidae, sin embargo, una de las propuestas indica que el lobo es el antecesor de este último y que hace 17 mil años aproximadamente, el constante flujo de desechos de alimentos provocó que estos animales se mantuvieran cerca de los asentamientos poblacionales convirtiendo la basura en una fuente segura de comida. Eventualmente, éstos terminarían por abandonar sus instintos agresivos y mostrarían cambios en su organismo, el cual se adaptó para la nueva dieta que ingerían, teniendo la capacidad de procesar los almidones mucho mejor que sus semejantes salvajes.
Por otro lado, la domesticación del gato se estima alrededor del 7000 a.d.n.e y tiene como antepasado más cercano a un espécimen llamado felis silvestris. A diferencia del perro, el gato ha sido concebido de diferentes maneras a través del tiempo por el ser humano. En el antiguo Egipto era adorado como un ser divino, mientras que en la Edad Media, se creía que los felinos eran animales del Inframundo. Una de las teorías apunta a que cuando las personas empezaron a practicar la agricultura y por consecuencia a almacenar los granos, esto atrajo roedores y con ellos a los gatos, por supuesto.
Aunque existen diversas teorías que apuntan a diferentes momentos, lugares y maneras de cómo se domesticaron los gatos y perros, lo cierto es que en la vida actual este par de compañeros se han vuelto inseparables de las personas que los cuidan y proveen, volviéndose parte de nuestra memoria.