Los primeros años de búsqueda, Ibarra de Piedra los realizó de manera individual, tocando puertas de diferentes instancias, haciendo las denuncias correspondientes y mostrando la foto de su hijo a todos los lugares a los que iba. Logró audiencias con procuradores, secretarios de Estado y presidentes de la República. Durante este tiempo conoció a otras mujeres y familiares con casos de desaparición, así como diversos organismos que luchaban por la libertad de presos políticos. Todas estas experiencias la motivarían para convocar la creación de un grupo de familias para coordinar esfuerzos que pudieran ser más efectivos a largo plazo, actuando desde la colectividad. Sus integrantes, la mayoría madres, también fueron conocidas como “las doñas”. Juntas realizaron varias movilizaciones, huelgas de hambre, plantones y, además, impulsaron una ley de amnistía, misma que se aprobaría el 1 de diciembre de 1978. Gracias a ésta, se logró la liberación de 1,500 presos políticos, el regreso de 57 exiliados y la anulación de aproximadamente 2 mil órdenes de aprehensión. En sus años de lucha también encontraron con vida a 148 desaparecidos y acuñaron la conocida frase ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! Gracias a este comité, se visibilizó la existencia de las desapariciones forzadas y de la intervención del Estado en ellas. Hoy en día a esta organización se le conoce como el Comité ¡Eureka!