El Tenango se distingue por su látigo o fuete y las chaparreras imprescindibles de los caporales, y es quien controla, el que pone orden, guía e indica el ritmo a los diablos.

El otro personaje, la Minga o Nana Minga, es un hombre con máscara y vestido de mujer que lleva en sus brazos una muñeca blanca. Es coqueta, sensual, y la muñeca, su hija, le sirve para acercarse a los hombres y provocar los celos del Tenango. Ella sostiene una muñeca a la que llama hija y en ocasiones la entrega a alguien del público buscando un padrino y el Tenango enojado llega a pegar con su fuete a quien se acerque a la mujer.

La Minga provoca; a veces pide dinero al público para comprar leche para su hija. En los juegos entre la pareja principal participan los espectadores, los niños corren asustados perseguidos por los diablos, y los adultos acosados por los danzantes, a veces entablan diálogos insultándose con rimas de carácter sexual.