Vida cotidiana en la primera década del siglo XX
Gracias a los abundantes testimonios —fuentes documentales y fotografías, entre otros más— y a la labor de los historiadores de interpretarlos y ofrecernos su versión del pasado, hoy en día podemos tener una idea clara, enriquecida gracias a diversas disciplinas, sobre la Revolución mexicana. Sabemos que luego de la dictadura porfiriana, Francisco I. Madero comenzó un movimiento que buscaba que no se reeligiera Porfirio Díaz después de que anunciara que México estaba listo para la democracia; a pesar de la declaración del entonces presidente, se reeligió y mandó apresar a Madero, quien apenas liberado partió a San Antonio, Texas, y promulgó allá el Plan de San Luis. Conforme pasaron los meses el apoyo se hizo ver y gente del norte y del sur del país respaldaron a Madero: así podríamos esbozar el inicio de la Revolución.
Un siglo después y gracias a la investigación histórica de varias generaciones, tenemos noticia de los grandes personajes que intervinieron en aquel proceso; no obstante, cada vez son más los cuestionamientos en torno al pasado de hombres y mujeres, no sólo por los políticos y caudillos, sino por medieros, campesinos, obreros y un largo etcétera, que hicieron posible un movimiento tan importante.
¿Cómo cambió la vida de niños, mujeres y hombres durante la Revolución? Esta pregunta y otras más se las
planteó Alejandro Rodríguez Mayoral, quien profundizó específicamente en los zapatistas durante el conflicto armado
de principios del siglo XX. El autor utiliza verbos como “reconstruir”, “analizar”, “examinar” y “revivir”, que le
ayudan a transmitir al lector algunas de las situaciones que día con día enfrentaron mujeres y hombres durante la
rebelión. También nos cuenta que para escribir esta historia recurrió a los archivos zapatistas entre los que
destacan documentos como telegramas, fotografías, periódicos y manifiestos, entre otros. En esta colección mostramos
algunas piezas que de igual forma dan cuenta de la vida cotidiana de los pobladores de un México que iniciando el
siglo pasado era eminentemente rural.
El usuario podrá ver la figurilla de una mujer en la que el alfarero ha colocado dos accesorios que éstas
diariamente utilizaban: el rebozo y la enagua; en otra se representa a una madre llevando en brazos a un niño
mientras sostiene en la cabeza un artefacto posiblemente haciendo referencia a que la efigie es de una vendedora.
Por otra parte, se presentan un guaje, un fuete y un par de huaraches, objetos todos que nos recuerdan a gente común
durante el movimiento armado. La pregunta que Rodríguez Mayoral se hace en su tesis titulada "Zapatistas: vida
cotidiana durante la Revolución Mexicana" sobre cómo cambió la vida luego de la Revolución nos invita a
pensar si esos cambios aún son notorios después de cien años.