A grandes rasgos, la ocupación buscaba detener el arribo de armamento para el gobierno golpista de Victoriano Huerta y aquella maniobra implicó la destrucción de varios edificios de la ciudad, la muerte de civiles y personal de la Escuela Naval, además de que la presencia norteamericana en la zona se extendió hasta noviembre de aquel año. Muestra de la defensa que la sociedad hizo ante el intento extranjero de entrometerse en la política interna son estos dos audios del acervo de la Secretaría de Marina, los cuales recuperan el testimonio del comodoro Manuel Azueta y del sobreviviente de la gesta el capitán Fernando M. Escudero. El primero es una lectura en la que se da cuenta de manera general lo sucedido luego del desembarco, pero el segundo es prueba de viva voz del capitán, lo que significa que este registro tiene gran valor por ser uno de los actores del enfrentamiento quien hace la narración de los hechos.

La lectura del telegrama de Azueta corresponde a un mensaje oficial que se entrega luego del desembarco y refiere que el personal, jefes, oficiales y alumnos de la Escuela Naval participaron en la refriega en la que recibieron ataques de cañón y fusilería desde las 12 del día hasta pasadas las 7 de la noche. Al ser una comunicación elaborada apenas unas horas después del suceso, la información que proporciona si bien no es poca, carece de otros detalles. En cambio, la narración de Escudero, quien tenía 70 años al momento de la grabación, aporta una gran cantidad de datos sobre lo ocurrido, por ejemplo, la descripción del ataque que recibió Virgilio Uribe, uno de los estudiantes que murió durante el enfrentamiento, aporta también los apodos de sus compañeros y aquel acto en plena desesperación de rescatar el retrato de su madre a mitad del combate. Es así como la grabación de este veterano se vuelve una prueba interesante y emotiva con la que podemos conocer este hecho histórico.