Aniversario luctuoso de Francisco González Bocanegra: un poeta romántico para un país en tiempos dramáticos
11 de abril de 1861
Francisco González Bocanegra murió a la temprana edad de 37 años. Era famoso por haberle dado letra al Himno Nacional, pero figuran entre sus obras piezas de dramaturgia, crítica teatral y versos que se publicaron en La Ilustración Mexicana (1851-1853), Presente Amistoso (1851 y 1852) y el Álbum de señoritas. Se desempeñaba como director del Diario Oficial (1860-1861) cuando enfermó de tuberculosis. Muy a la usanza decimonónica, sus restos se llevaron al panteón de San Fernando y se trasladaron después a la Rotonda de los Hombres Ilustres.
Nacido, en San Luis Potosí, como Francisco de Paula Luciano José Antonio Agustín del Carmen de San Rafael González Bocanegra y Del Pino Villalpando el 8 de enero de 1824. Sin embargo, en los tiempos tumultuosos de la Independencia y siendo hijo de españoles partió al exilio con su familia. Volvió de Valencia y leyó en el periódico la convocatoria que en noviembre de 1853 publicara la Oficialía Mayor del Ministerio de Fomento del general Antonio López de Santa Anna. Se esperaba el texto poético que, posteriormente arreglado como composición musical, se convertiría en el Himno Nacional Mexicano.
En el concurso donde sus estrofas se consagraron, el jurado estuvo compuesto por Manuel Carpio Hernández, José Joaquín Pesado Pérez y José Bernardo Couto. La educación e infancia de Bocanegra habían ocurrido en Europa, pero su nacionalidad y sentimiento patrio estaban claramente en México. El estreno oficial del Himno se llevó a cabo el 16 de septiembre de 1854, con la música y bajo la batuta de Jaime Nunó, el compositor catalán que armonizó orquestalmente aquellos decasílabos heroicos. La noche de aquel estreno en el Teatro Nacional, la dirección corrió a cargo del compositor y contrabajista italiano Giovanni Bottesini, por entonces de visita en México y también concursante de dicho certamen.
A principios de 1861, Benito Juárez había instaurado nuevamente su gobierno en la capital del país. Sin embargo, el Himno se asumió como símbolo nacional y fue interpretado en ocasiones solemnes oficiales hasta el régimen de Porfirio Díaz.
Declarado prócer en octubre de 1942, el Gobierno mexicano solicitó exhumar los restos mortales de Nunó para trasladarlos a su capital y depositarlos también en la Rotonda de los Hombres Ilustres.