Además, en su afán por fortalecer su Imperio, ideó planes de contención en distintos puntos del planeta, como sucedió en el caso de México, dando lugar al episodio histórico conocido como la Segunda Intervención francesa. Napoleón III se percató de la fuerza que había adquirido Estados Unidos, pero también conoció las riquezas de la antigua América española, convertida para el siglo xix en una serie de repúblicas inestables, con problemas políticos e inseguridad económica. Su idea era tratar de que todos estos nuevos países se convirtieran en monarquías y, además, establecer la más fuerte en la frontera sur de Estados Unidos para intentar frenar su expansión. Así, el emperador desarrolló lo que los historiadores Alfred Jackson Hanna y Kathryn Abbey Hanna han denominado “el Gran Designio de Napoleón III para las Américas”: Francia se convertiría en la potencia europea hegemónica. La influencia latina superaría el poder de Inglaterra y Estados Unidos, haciendo de París el centro de la cultura y de Roma el del imperialismo religioso. La suspensión de pagos del gobierno juarista decretada en julio de 1861 le dio al francés la oportunidad que esperaba para la invasión. Pero no todo salió como se tenía proyectado y aunque parecía que la monarquía mexicana era viable con Maximiliano a la cabeza, Napoleón III anunció la retirada de sus tropas a principios de enero de 1866. La Intervención y el Segundo Imperio constituyeron un capítulo del intento francés por no quedarse detrás de Inglaterra y por contener el evidente expansionismo estadunidense. En la colección que presentamos en esta ocasión, mostramos material relacionado con este soberano e ideólogo de la invasión gala a nuestro país.