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Bocetos de jóvenes aprendices de la antigua Casa de Moneda (1772-1776)
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Bocetos de jóvenes aprendices de la antigua Casa de Moneda (1772-1776)

Un espacio clave en el que floreció el arte fue la Real Casa de Moneda que la Colonia española fundó tempranamente en 1535. Más de dos siglos después, cuando el periodo colonial languidecía, al interior de su Oficina de Talla se formaban jóvenes aprendices de dibujo bajo la tutela de grabadores mayores, quienes transmitieron sus conocimientos con modelos italianos de enseñanza a tres jóvenes: Leonel de Cervantes, Lorenzo de Benavides y José Ignacio Bacerot. Esta colección se forma con una selección de sus bocetos realizados entre 1772 y 1776.

La Casa de Moneda se había construido adosada al Palacio Virreinal, en la calle que hoy conserva el nombre y que, como es sabido, fue la sede original de la primera institución de enseñanza del arte en América, la Real Academia de Nobles Artes de San Carlos, en 1781, no obstante, poco antes de su fundación resultaba apremiante formar a grabadores con talento para el dibujo, que serían utilizados para la acuñación. 

Conocemos más de los maestros españoles que se formaron en la Academia de San Fernando de Madrid, quienes fueron llamados para impartir sus conocimientos: ellos fueron el primer grabador Alejo Bernabé Madero, Juan Fernández de la Peña, Francisco Casanova y, del que menos se conoce, es de Luis Gómez. Cuando llegaron al Nuevo Mundo venían cargados de dibujos italianos provenientes del Palacio Farnesio, específicamente del famoso pintor Annibale Carracci, cuya obra era la base para que los aprendices emularan y, sobre todo, se concentraran en el aspecto anatómico del ser humano, figuras perfectas, sus formas y torsiones tal como observamos en los bocetos presentes. 

A diferencia de los maestros, de los jóvenes aprendices poco se sabe, salvo que eran convocados a concursar entre ellos como el mejor dibujante de la pequeña escuela de grabado. Quizá en gran medida se debe a que su formación artística tuvo lugar muy poco antes de la fundación de la primera institución de enseñanza formal del arte en América, a solicitud del recién llegado Gerónimo Antonio Gil, a quien el rey Carlos III había nombrado el 15 de marzo de 1778 primer tallador y fundador de la que, posteriormente, en noviembre de 1781, pronto sería conocida como Real Academia de las Artes de San Carlos.