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Real Alhóndiga de Querétaro
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Real Alhóndiga de Querétaro. Patios: espacios indispensables en la arquitectura novohispana

Casas, cárceles, fuertes, alhóndigas, conventos, iglesias y cualquier otro tipo de edificaciones típicas del periodo novohispano tuvieron una característica en común: los patios. Ya fuera uno en las viviendas, dos o tres para cárceles o alhóndigas, este espacio cumplía la función de ser, principalmente, un lugar de actividades sociales. Sin importar qué tipo de construcción se analice, el patio siempre ocupó el mismo sitio, al centro de todo.

De influencia romana e islámica, el patio constituye el espacio de mayor importancia dentro de la construcción novohispana. En el caso de las viviendas, asegura que todos los interiores que se concentran a su alrededor tengan luz y ventilación; mientras que en las cárceles se convierte en el lugar de convivencia para los reos. El patio es también un sitio que aglutina la edificación a partir de sus márgenes, ya sea en forma de L, U o C, siendo los corredores lo único que separa el exterior del interior.

Como lo cita Betania Rodríguez Pérez, en la novela El periquillo sarniento José Joaquín Fernández de Lizardi explora la descripción de la cárcel a finales del periodo colonial como “un patio que albergaba presos de todos los tipos; unos jugaban albures, otros se entretenían con lo que les era posible y otros más se dedicaban a interrogar a los recién llegados por qué habían sido detenidos”. Éste fue un lugar común, como espacio físico o punto de reunión de todo tipo de personas, según la edificación de la que se hable. Hacia el siglo xx el patio va perdiendo presencia, cediendo su importancia como un área de convivencia a los espacios interiores, convirtiéndose en un sitio cada vez más excepcional de encontrar con las características que tuvo entre los siglos xvi y xix.