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Obtención del carmesí. Imágenes de la grana cochinilla
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Obtención del carmesí. Imágenes de la grana cochinilla

Una de las materias primas aportada por el México prehispánico fue el color rojo carmín que pronto fue objeto de deseo a nivel mundial. Su obtención es posible gracias a un complejo proceso ancestral. La intensa tonalidad es producida por el diminuto insecto Dactylopius coccus conocido como grana cochinilla; se trata de un parásito que crece en algunas especies de nopales. Esta colección se forma de extraordinarias y coloridas ilustraciones realizadas en el siglo xvii.

No obstante su compleja obtención llegó a tener una abundante producción. Los conquistadores españoles pronto descubrieron la belleza y pureza de esta tintura y monetizaron su valor, siendo junto con el oro y la plata uno de los productos que se intercambiaron intensamente entre el nuevo y el viejo continente y más allá, pues incluso era muy valorado en Asia. Los cargamentos salían del puerto de Veracruz, con destino a España y al resto de Europa; y del otro lado del territorio nacional, partía la Nao de China para suministrarla a los mercados de oriente. Oaxaca era el lugar en donde más se cultivaba el nopal de castilla y ése es el punto de partida para la crianza de la cochinilla con la que se infestan las pencas y el transporte a espacios con sombra en donde los insectos se alimentan de ellas. El siguiente paso es seleccionar a las hembras fecundadas y de su cuerpo muerto y desecado, por diferentes métodos (al vapor o en el temazcal y luego expuesto de forma directa al rayo del sol) se genera el ácido carmínico que provoca el colorante, mismo que después se puede fijar a una amplia gama de textiles, entre estos los lienzos de los pintores. Su enorme éxito decayó cuando en Europa se empezaron a producir tinturas artificiales a finales del siglo xix. La competencia fue desigual debido a la facilidad e inmediatez de la producción industrial contra un procedimiento artesanal e imbricado que pese a todo sobrevive, ya que por su origen natural en la actualidad es más aprovechado en las industrias alimentaria y farmacéutica.