México, o Nueva España como fue conocido desde el siglo xvi hasta la Independencia en 1821, fue un territorio que se integró con el paso del tiempo. Las comunicaciones terrestres o caminos de herradura eran más habituales que las marítimas. La navegación de cabotaje, aunque sí fue un medio de transporte poco habitual, permitió que exploradores europeos estudiaran las corrientes y encontraran otras rutas de navegación. En el Pacífico se establecieron puertos a partir de aldeas o pequeñas villas que habían sido habitadas por pueblos mesoamericanos, o bien, un nuevo tipo de población se asentó ahí. Acapulco, Manzanillo, Huatulco, San Blas y Zacatula fueron los puertos más importantes de la costa del Pacífico. El comercio fue su principal actividad económica, y cuando llegaban a ellos las flotas mercantes, la comunidad entera se transformaba, como hicieron notar algunos viajeros extranjeros que tuvieron oportunidad de visitar los distintos puertos novohispanos.

Conforme la actividad comercial se acrecentaba fue necesario establecer mecanismos de control más eficaces; así, en algunos de ellos se construyeron las primeras aduanas marítimas, como lo hacen notar algunos planos de la Colección mapilu-agn. Con ello, las autoridades virreinales y la propia Colonia ejercieron mayor control, lo que también llevó a desarrollar obras militares para la defensa de los puertos, y a mejorar la cartografía de los mismos.