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Garitas de la Nueva España
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Garitas de la Nueva España

Entre las reformas administrativas implementadas por la monarquía española de los borbones en los territorios de la Nueva España durante el siglo xviii, las de mayor importancia fueron las que tenían como objetivo ordenar el ramo de Hacienda. Al ser considerada la colonia más rica y la que aportaba mayores ingresos a la metrópoli, la organización de este sector de la economía era primordial. En este nuevo plan las garitas jugarían un papel fundamental, por lo que comenzaron a edificarse en el límite de las ciudades y sobre los caminos principales.

El establecimiento de estas garitas tenía como función vigilar el ingreso de mercancías que el rey había declarado como monopolios para garantizar el flujo de dinero hacia la Corona. Además, los guardias apostados en ellas se encargaban de supervisar el perímetro de la capital y sus inmediaciones para evitar la introducción clandestina de productos y su contrabando. Para construir estas edificaciones se necesitaban grandes extensiones de terreno pues eran una especie de fortificaciones de tipo militar con arcadas y torres desde donde se patrullaba la llegada de forasteros, comerciantes y diversidad de artículos. Contaban con almacenes y áreas de requisamiento, torres de vigilancia, oficinas, además de recámaras, cocina y otros espacios de habitación para los guardias, así como caballerizas y patios de diversos usos. La investigadora Guadalupe de la Torre explica que en aquel entonces existían dos tipos: las llamadas garitas bajas, que se ubicaban en los linderos de la ciudad y las garitas altas, que se encontraban en parajes alejados de la población. Fueron 13 las primeras que se cimentaron y eran generalmente conocidas con el nombre del camino o calzada cuya ruta custodiaban; entre ellas podemos mencionar las de Peralvillo, Vallejo, Nonoalco, San Cosme, Candelaria y La Viga. Aunque se siguieron utilizando durante el siglo xix, la mayoría fueron abandonadas durante ese siglo y algunas incluso fueron compradas por particulares, muchos de los cuales las convirtieron en haciendas. En esta colección mostramos los planos de distintas garitas que se ubicaron en territorio novohispano.