lupa
Tacubaya y Mixcoac
Portadilla de <p>Tacubaya y Mixcoac: refugio citadino</p>

Tacubaya y Mixcoac: refugio citadino

El poniente de la Ciudad de México fue por mucho tiempo un espacio regado por los afluentes del sistema Cutzamala. Los ríos Mixcoac, Magdalena Contreras, Becerra, La Piedad, entre otros, hacían de las planicies una región propicia para la pastura de ganado mayor y menor. Diversos molinos de harinas se establecieron a orillas de estos ríos para aprovechar la fuerza hidráulica de la zona. Así, Tacubaya y Mixcoac proporcionaban alimentos a la creciente población de la Ciudad de México.

Tacubaya, Mixcoac y otros pueblos ribereños también fungieron como refugio vacacional, y durante catástrofes naturales que inundaban y anegaban a la Ciudad de México. Así, las casas de reposo, como la Casa de la Bola, la Hacienda de la Marquesa de Miravalle —en la actual colonia Escandón—, entre otras, permitieron a sus acaudalados habitantes mantener una vida acomodada, y por supuesto riquezas. Tacubaya y Mixcoac, como todas las provincias novohispanas, contaron con presencia de evangelizadores y conventos de órdenes mendicantes que tenían como objetivo convertir a la fe católica a los habitantes de Mixcoac, San Juan Evangelista, Tlacopac, San Pedro de los Pinos, Actipan, Xoco y Churubusco, entre otras. Lugares donde los frailes pudieron construir imponentes conventos, provistos de molinos, acueductos, huertas frutales y zonas de pastoreo, de ahí que muchas de estas edificaciones, en tiempos de las Leyes de Reforma, fueran expropiadas y fraccionadas, y sus propiedades subastadas y adquiridas por la nueva burguesía liberal, además por varios conservadores que aprovecharon las premuras económicas de la República. Con el tiempo, sobre todo durante la segunda mitad del siglo xx, las zonas de Tacubaya y Mixcoac eran codiciadas por diversas empresas como constructoras Narvarte o Del Valle, que fraccionó las actuales colonias del mismo nombre, no obstante, hasta la década de 1960, conservaban ciertos aires campiranos hasta que se abrieron los ejes viales y se entubaron los últimos reductos acuíferos.