lupa
Genealogías en el AGN
Portadilla de <p>Genealogías del fondo <span class="versalitas_temas">mapilu</span></p>

Genealogías del fondo mapilu

El árbol genealógico —ese diagrama que muestra a los antepasados de una familia— fue muy utilizado en la época novohispana y hasta principios del siglo xix para varios fines: demostrar una ascendencia de nobleza (conocida como limpieza de sangre) que permitiera acceder a cargos públicos, órdenes religiosas y beneficios como no pagar impuestos; probar quienes eran los descendientes de una persona fallecida para el reclamo de sus bienes o el cumplimiento del testamento; y, para contraer matrimonio entre miembros de la misma estirpe o con algún integrante de la nobleza.

Dependiendo de la familia y de la finalidad con la que eran elaboradas, estas genealogías podían ser gráficamente muy detalladas; algunas mostraban retratos de las personas o los nombres de los parientes entrelazados con un tronco y ramas muy adornados, que proyectaban la fortaleza de la familia; en otras, sólo se escribían los nombres de los integrantes dentro de círculos unidos por líneas, por lo general, debido a que eran realizadas con premura para utilizarse en juicios.

En los expedientes que preserva el Archivo General de la Nación (agn) hay diversas genealogías hechas para todos estos fines. En esta colección se han escogido algunas de las más representativas entre las que destaca la de Diego de Mendoza Austria y Moctezuma, que está dibujada con gran detalle y presenta a su hijo Baltasar de Mendoza como descendiente de Moctezuma y pariente de Cuauhtémoc; se sabe que este documento fue preparado por Baltasar para reclamar ante el rey de España, el cacicazgo y tierras de sus antepasados.

Por otro lado, podemos encontrar la genealogía de Agustín Mariano Farfán de los Godos de la Puente y Cea, en la que se escribió el nombre de todos sus ancestros, como muestra de que la familia supuestamente descendía de los reyes godos; este documento, así como los árboles genealógicos de las mujeres que se casaron con los Farfán de los Godos, y que debieron demostrar la limpieza de su sangre, son prueba de los procesos realizados para verificar un “origen puro”, que daba derecho legítimo a privilegios en los ámbitos político, social y económico, consolidando así la identidad de la nobleza novohispana.