lupa
Real Aduana de Guadalajara
Portadilla de <p>Real Aduana de Guadalajara. Planos del recinto económico</p>

Real Aduana de Guadalajara. Planos del recinto económico

La producción de materias primas y el comercio fueron las principales actividades económicas de la Nueva España. Con el establecimiento de las reformas borbónicas en el siglo xviii, el reino americano quedó dividido por especialidad. En la Nueva Galicia —el actual estado de Jalisco—, la agricultura, ganadería y minería fueron los motores que la convirtieron en una de las provincias más ricas y, por tanto, los controles de la Corona se hicieron más estrictos. También, fue necesario reformar y acondicionar la sede de la Real Aduana de Guadalajara donde se concentró el ingreso de las mercaderías.

Los planos de la Real Aduana de Guadalajara que se encuentran en la Colección de Mapas, Planos e Ilustraciones (mapilu) del Archivo General de la Nación, confirman cómo se realizaron dichas adecuaciones. El administrador de la obra fue Juan José de la Hoz y el arquitecto Manuel Joseph Conique y Zabaleta, quienes entre 1789-1790 solicitaron un presupuesto de cinco mil pesos para la adquisición de materiales de construcción; la intención era “respetar la estructura existente”, que consistía en un edificio “rectangular dividido en 9 espacios: tesorería, despacho, contaduría, archivo, corral, dos bodegas, dos cuartos y los corredores”, mismo que comunicaba cada uno de los espacios. Las mejoras al inmueble también buscaron brindar una estructura adecuada a sus funciones administrativas: los aposentos del administrador se vieron reducidos y una bodega fue derribada para ampliar el patio por donde ingresaban las mercancías. Uno de los planos señala claramente los muros que permanecerían intactos y las adecuaciones, y sobre la bodega que desaparecería se lee al calce: “es reducida y obscura”. En la actualidad, el edificio que ocupó la Real Aduana de Guadalajara ha experimentado cambios en su fachada, sin embargo, mantiene el uso comercial que lo caracterizó.