Desde que era un adolescente y hasta su muerte, José Revueltas fue un disidente del sistema político mexicano en todas sus vertientes, incluso las de izquierda. Como marxista fue miembro del Partido Comunista, pero años más tarde sería expulsado de él, por lo que fundaría su propia organización, la Liga Leninista Espartaco, de la cual también fue expulsado. Por este mismo compromiso social, y por su militancia, fue aprehendido en diferentes ocasiones, conoció casi todas las instalaciones penitenciarias de la ciudad, además de ser enviado a las Islas Marías.

Las experiencias que tuvo en esos lugares se reflejarían en algunas de sus obras literarias más importantes, como Los muros de agua (1941) o El apando (1979). Además de escribir novelas y cuentos, Revueltas fue guionista de teatro y cine, ensayista, crítico y teórico político. Analizó tanto las estructuras económicas de México como el sistema universitario. Recibió el premio Xavier Villaurrutia por su trayectoria literaria, y también se ganó un lugar destacado en el imaginario de la izquierda mexicana por su apoyo y compromiso con el movimiento estudiantil de 1968, volviéndose una inspiración para los jóvenes de ésa y las siguientes generaciones, prácticamente hasta nuestros días. El legendario José Revueltas falleció a los 62 años, hace ya casi medio siglo, sin embargo, su legado literario y político permanecerán para la posteridad.