Tlatelolco: un espacio emblemático de la ciudad a través del cine
Desde tiempos prehispánicos, Tlatelolco ha sido un sitio especial que, si bien en algún momento de su historia fue vecino de la Ciudad de México, hoy se encuentra perfectamente integrado a ella. Resulta interesante debido a la presencia de la Plaza de las Tres Culturas, lugar donde se conjugan las muestras materiales de varios siglos de historia mexicana, tambien de las ruinas prehispánicas, el templo de Santiago Apóstol, construido durante el siglo xvi, y el conjunto urbano Presidente Adolfo López Mateos, edificado en los años sesenta por el arquitecto Mario Pani.
Este sitio característico de la Ciudad de México ha aparecido retratado varias veces en cine. La unidad habitacional de estilo funcionalista fue considerada un símbolo de la modernidad en su tiempo, por lo que no es de extrañar que apareciera como fondo de distintas cintas. Un ejemplo de ello se encuentra en la película El sinvergüenza (José Díaz Morales, 1971) protagonizada por Mauricio Garcés, en la cual la zona aparece en repetidas ocasiones pues Roberto, el personaje interpretado por Garcés, vive en este lugar. Pero, sin duda, uno de los temas que más se han tratado desde la mirada cinematográfica que ha incluido a Tlatelolco es el que tiene que ver con la represión del movimiento estudiantil el 2 de octubre de 1968. Se puede mencionar la reconocida cinta Rojo amanecer (Jorge Fons, 1989) que, si bien transcurre durante la mayor parte del tiempo dentro de uno de los departamentos de la unidad habitacional, sólo una toma inicial hacia el exterior, donde se visualiza la plaza, y la escena final, nos bastan para reconocer el espacio en el que estamos.
Otro filme fundamental sobre este tema es El grito (Leobardo López Arretche, 1968), en el cual se muestran de manera condensada más de ocho horas de grabación de marchas estudiantiles y de la represión sufrida por parte del Ejército. En esta cinta, la ciudad es retratada como escenario vivo de la presencia estudiantil. El blanco y negro nos aproxima aún más a la atmósfera complicada de aquel trágico día, los asistentes invadiendo la zona arqueológica que utilizaban para sentarse a escuchar a los oradores y los novedosos edificios de Pani como tribuna y testigos del autoritarismo ilimitado de los gobiernos de entonces. Otras películas que se pueden mencionar son Borrar de la memoria (Alfredo Gurrola, 2010) y Tlatelolco, verano del 68 (Carlos Bolado, 2013).