Represión política a periodistas a finales del siglo xix
En palabras de María del Carmen Ruiz Castañeda, a finales del siglo xix la vigilancia periodística a los gobiernos dictatoriales condujo muchas veces a una enemistad profunda entre ambos y dio paso a que en repetidas ocasiones este último atentara contra los derechos de escritores, editores y artistas de ciertas publicaciones críticas de la época.
En esta colección reunimos una serie hemerográfica cuyos autores sufrieron persecución y represión y haremos referencia a algunos casos, como el de los hermanos Flores Magón, del semanario Regeneración. Una característica de la política porfirista fue que a lo largo de tantos años algunos periódicos recurrieron a la subvención estatal mientras que se ejercían severas medidas de contención a todo aquel que no formaba parte de la prensa “burocratizada”, por lo anterior, contamos con interesantes ejemplos de las persecuciones que ejerció la administración de fin de siglo hacia la prensa de “combate”.
Regresando un poco a la primera reelección de Porfirio Díaz, Ruiz Castañeda indica que la represión al gremio comenzó a finales de 1885 y tuvo la finalidad de dar poca cobertura a los comicios que se celebraron en aquel entonces; además, se implementaron otras medidas administrativas como la incautación de periódicos no afines y se limitaron los voceadores, afectando así las ventas y ganancias. Muy pronto, varios escritores salieron del país y continuaron su labor crítica desde el extranjero.
En el año de 1887 se llevó a cabo la reforma a los artículos 78 y 109 de la Constitución, lo que permitió la reelección presidencial. Dicha acción provocó que el Diario del Hogar, otra de las mesas editoriales más conocidas de la época, cambiara su postura y se sumara a El Monitor Republicano, El Hijo del Ahuizote y otros más que no integran esta muestra, como es el caso de El Tiempo, El Nacional y La Voz de México. Cabe resaltar que los autores de los periódicos anteriormente enlistados sufrieron cateos, secuestros, clausuras, incautación de las imprentas, destierros, detenciones y sentencias rigurosas, entre otros hostigamientos violentos.
En el número 128 de El Hijo del Ahuizote, que el lector puede consultar en esta colección, se editó un artículo titulado “El cuarto poder. Artículo cuasi estadístico” en donde de manera amena Cuasimodo proporciona algunas cifras: refiere que había tres mil “periodistas de tomo y lomo y de pelo en pecho”; más adelante el autor comenta que éstos eran los oficiales que “mandan la batalla intelectual en el país [...] tres mil jefes de ideas [...] que tienen bajo sus órdenes batallones de cajistas, prensistas y otros embadurnadores, componiendo y formando el gran ejército de los plumíferos. Ya vé vd. si somos un poder…”
La anterior cita nos permite apreciar que era de total conocimiento la importancia de los periodistas y sus publicaciones, tanto, que se les equiparaba a un “cuarto o quinto poder”, es por esto mismo que Díaz reprimió fuertemente a sus contrarios, cambiando el panorama de la prensa nacional. Cerramos este recorrido con Regeneración, fundado en 1900 por los hermanos Flores Magón; figura como una de las publicaciones más emblemáticas de la oposición porfiriana y cuyos redactores fueron aprehendidos. Ricardo Flores prolonga su persecución al editar El Hijo del Ahuizote provocando la incautación de los medios para producir el semanario y que fueran juzgados por un juez militar.