Fundación de Villa Guadiana, hoy Durango
8 de julio de 1563
En el norte de México, la fundación de ciudades durante el periodo virreinal obedeció a cuestiones estratégicas, pero también a la existencia de centros comerciales o de producción agrícola. Para el caso de la ciudad de Durango, fue la actividad minera lo que motivó su establecimiento en una zona conocida en ese entonces como el Valle de Guadiana. La vasta región, similar a su homónima en España, fue nombrada así por los primeros europeos que llegaron al lugar y que fundaron el asentamiento primigenio en la zona, conocido como Nombre de Dios.
Tiempo después, Francisco de Ibarra, hijo de uno de los fundadores de Zacatecas, exploró la región y decidió crear la Villa Guadiana el 8 de julio de 1563, momento en el que se comenzó a hacer la traza de lo que sería el nuevo asentamiento. El mismo Ibarra quedaría como gobernador y capitán general de éste, integrando la nueva villa un total de 19 personas. Como no era un territorio fácil de poblar, Ibarra adquirió una mina y la puso a disposición de los indígenas y españoles que quisieran trabajarla con tal de que se establecieran en la localidad recién fundada. Sin embargo, la supervivencia del sitio fue bastante conflictiva, primero porque las minas de la zona no eran ricas en oro y plata, los metales más preciados durante el virreinato, sino en hierro y, además, porque constantemente era asediada por los pobladores originarios del lugar. Esto provocó que casi fuera abandonada, pero a pesar de ello, logró mantenerse en pie gracias a que cambió su estatus de urbe minera a defensiva. Así se mantuvo durante los primeros siglos de su creación hasta que durante el siglo xviii experimentó un nuevo auge debido al hallazgo, ahora sí, de vetas de metales preciosos retomando sus orígenes primordiales. En la colección para recordar esta fecha, presentamos documentación sobre Villa Guadiana y su cotidianidad durante los primeros siglos de su existencia.