Esta fecha fue impulsada por la Federation Mondiale du Cirque con la intención de promover y preservar su valor y reconocer su aportación cultural. El arte circense se remonta a tradiciones de civilizaciones antiguas del Lejano Oriente y del Occidente Próximo. Prácticas como la acrobacia, el malabarismo o el contorsionismo, que actualmente se encuentran asociadas a ese espectáculo, son expresiones humanas anteriores a esa exhibición y tenían que ver más que nada con la preparación de guerreros, con rituales religiosos y con actividades festivas.

Fue durante la Edad Media que el circo como espectáculo se popularizó gracias a las personas que se reunían para disfrutar de ellos en vivo, y con el paso del tiempo se le agregaron otros elementos con el propósito de atraer a más y más gente. Sin embargo, eran prácticas peligrosas, hasta la época del Renacimiento, cuando pudieron funcionar con mayor seguridad y de forma legal. El circo llegó a México proveniente de España, pero fue hasta el siglo xix cuando tomó las características más cercanas a como lo conocemos hoy. Se tiene registro de que el primer circo mexicano se instaló en 1841 y fue conocido como el Circo Olímpico de José Soledad Aycardo, se mantuvo por 25 años e impulsó la aparición de más circos en el país.