Toledo nació en Juchitán, Oaxaca, a sus 14 años comenzó a desarrollar su talento al ingresar al taller de grabado de Arturo García Bustos y Rina Lazo. A los 17 se trasladó a la Ciudad de México para estudiar en alguna de las escuelas de arte que tenía la capital, pero en aquellos momentos las inscripciones habían cerrado y sólo encontró sitio en la Escuela de Artesanías del entonces Instituto Nacional de Bellas Artes (inba). A partir de allí no pararía de crear su obra desde distintas disciplinas, pero siempre destacando los temas de la naturaleza como su eje más importante. El medio ambiente, y su valor para la cosmovisión zapoteca, lo llevó también a emprender una cruzada contra su destrucción y a favor de la preservación tanto de la cultura como del ecosistema. Asimismo, se dio a la tarea de crear instituciones en Oaxaca para fomentar el aprendizaje y el arte. Así fundó el taller Arte Papel Oaxaca, Ediciones Toledo y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca. Al mismo tiempo impulsó la creación del Centro de las Artes San Agustín, la Biblioteca para Invidentes Jorge Luis Borges, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, entre otros. De esta manera, además de dejar un legado creativo invaluable, igualmente colaboró en proyectos para mejorar la calidad de vida de su comunidad. Para recordar a Francisco Toledo recopilamos imágenes de su obra, con algunos de los temas más destacados que siempre lo inspiraron y que marcaron una huella indeleble en el imaginario mexicano.