Cabañas optó por la organización de la guerrilla para enfrentarse a años de injusticias y abusos, pero esto les valió a él y a sus simpatizantes la persecución constante, el acoso, la tortura y la desaparición por parte de las fuerzas militares, por policías secretos de la Dirección Federal de Seguridad y por aquellos comandados por el general Arturo Acosta Chaparro durante el gobierno de Luis Echeverría. Lucio estudió en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa Raúl Isidro Burgos, lugar en el que se destacó como dirigente estudiantil y se graduó como normalista a los 24 años, en 1963. Impartió clases como profesor de educación primaria y se unió al descontento de los ejidatarios contra las compañías madereras. Fue a partir de mayo de 1967, tras un mitin que terminó en enfrentamiento en la escuela de Atoyac de Álvarez, que Cabañas logró escapar y refugiarse en la sierra, donde tiempo después fundaría el Partido de los Pobres (pdlp) y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento (bca), considerado su brazo armado en contra de los enemigos del pueblo.

Las personas de la región simpatizaron con el movimiento de Cabañas, al que tomaron como reivindicador de las luchas populares a pesar de no estar familiarizados con los conceptos del marxismo y leninismo enarbolados por los ideólogos de entonces. La guerrilla de Cabañas fue de las más importantes de finales de los sesenta y principios de los setenta. Permaneció en la clandestinidad durante siete años y medio e intentó vincularse con otros movimientos armados del país, como la Liga Comunista 23 de Septiembre. El acoso y la persecución que sufrió a lo largo de este tiempo culminaron con un enfrentamiento en el que una partida de 200 soldados atacó a un grupo de cuatro guerrilleros que se dirigían a una reunión, entre los que se encontraba Lucio. Para recordar a este mexicano víctima de la Guerra Sucia reunimos documentación e imágenes sobre su movimiento.