Por iniciativa del presidente Porfirio Díaz se comenzó a trazar el establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y China. De acuerdo con la investigadora Catalina Velázquez Morales, “El Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre México y China se firmó el 14 de diciembre de 1899 en Washington, por medio de sus representantes consulares: Manuel Azpiroz por México y Wu Tingfang por China. Este contaba con 20 artículos y se redactó en tres lenguas: español, chino e inglés. Amparados en el mismo, los ciudadanos y súbditos de uno y otro país podrían viajar y residir libremente en cualquiera de las dos naciones, mientras observaran una conducta pacífica y no violaran las leyes y los reglamentos establecidos”.

Sin embargo, el 15 de mayo de 1911 en la ciudad de Torreón ocurrió un hecho violento en contra de la comunidad china que ahí radicaba. Benjamín Argumedo, al mando de un ejército con escasa estructura militar, ingresó por la madrugada en este territorio. A las pocas horas, los federales comenzaron la retirada. Civiles, animados por el clima de confusión posterior a la batalla, comenzaron a saquear comercios pertenecientes a ciudadanos orientales con el argumento (nunca comprobado) de que éstos simpatizaban con el gobierno de Porfirio Díaz. Este enfrentamiento culminó con el asesinato de 303 integrantes de dicha colectividad a manos de la milicia y de ciudadanos mexicanos. Emilio Madero, cumpliendo las órdenes de su hermano Francisco, llegó a Torreón y ordenó detener la masacre inmediatamente. 

En este espacio se muestran diversos expedientes que documentan las reclamaciones por los daños a la comunidad china durante la Revolución, así como la indemnización pactada entre ambos gobiernos por la muerte de ciudadanos chinos en Torreón.