Enrique Carlos Treviño Tavares
Cuando llega Echeverría al poder, que para mí Echeverría es, tal vez, de los últimos gobernantes el más perverso, por su juego político tan nefasto, que llevó a matar a miles de gentes, a miles, no solamente su participación el 2 de octubre, directamente el 10 de junio, no en todas estas cuestiones de la ola contrarrevolucionaria; el inicio de las masacres hacia todos los movimientos populares: campesinos, la lucha por la democracia sindical, la cuestión de los movimientos guerrilleros.
Entonces, empiezan a salir de la cárcel algunos presos políticos del 68. Muchos de ellos no aceptaron las condiciones y se fueron exiliados, unos al Perú, otros a Venezuela, la gran mayoría se fue a Chile. Entonces, empiezan a regresar, empiezan a haber ciertas condiciones porque empieza a manejar su discurso perverso el presidente Echeverría; y decía desde que negar toda su participación en el gobierno de Díaz Ordaz. Pero todo mundo sabíamos que él era uno de los principales responsables de la utilización de la fuerza pública, militar inclusive, que se generó en esos años. Entonces por eso te digo que era un lenguaje perverso. Era el quererse deslindar del gobierno anterior, llega al extremo, y las cuestiones teóricas, políticas, históricas son importantes porque estando en plena campaña en Morelia, ante los estudiantes, llega a pedir un minuto de silencio por los caídos.
Muchos lo aplaudieron; muchos se fueron con la finta, no sé si por su inocencia o por su conveniencia, ya cada quien sabrá. Pero esto ya le iba a costar su candidatura política. Modifica algunas cosas, pero él seguía insistiendo en la cuestión y llega el momento de plantear la famosa apertura democrática. Es decir, yo voy a dar cauce a que se expresen políticamente, pero no era una dádiva, era una presión muy fuerte que se generó a partir del movimiento estudiantil popular del 68. Esto hay que decirlo, que no se nos olvide que no era ninguna dádiva.
