El Hospital Real de los Indios
Los orígenes de esta institución todavía no están del todo claros y no se sabe a ciencia cierta cuándo se llevó a cabo su fundación. Lo único que se tiene por seguro es que, a mediados del siglo XVI, el 18 de mayo de 1553, en Madrid se promulgó una ordenanza en la que el monarca pidió que se construyera el hospital en la parte de la Ciudad de México que más conviniera. Proveyó también que se dieran dos mil pesos de oro para la obra y 400 pesos de oro anuales para su sustento; además, indicó que se hicieran las ordenanzas de dicho hospital y que se enviara un traslado de ellas al Consejo Real de Indias, para que se confirmara o se dispusiera lo que fuera necesario.
El hospital se ubicó a espaldas del convento de San Francisco, contiguo al Real Colegio de
Niños Estudiantes de San Juan de Letrán, y contó con todas las áreas necesarias para atender a las personas que
acudieran a él, incluso con una iglesia y una sacristía, además de una capilla. Para la asistencia de los naturales
se destinaron una botica y un área de oficinas que se comunicaban con el interior del edificio. Ocho salas de
enfermería atendían distintos tipos de padecimientos así como a los convalecientes; tenía cocina, despensa y
roperías, baños y un temazcalli; había viviendas para los capellanes, médicos y cirujanos, practicantes, proveedor, portero,
cocinero y otros empleados, además de las oficinas de administración.
El hospital, con altas y bajas, sobrevivió hasta el 21 de febrero de 1822, fecha en que fue
suprimido definitivamente. Luego el edificio se convirtió en fábrica de hilados, después en imprenta, y
posteriormente fue vendido por el gobierno. Al parecer desapareció todo excepto la iglesia, y en su lugar se
construyeron casas particulares. Esta colección, formada por documentos pertenecientes al Archivo General de la
Nación, nos acerca al funcionamiento del nosocomio, a la forma en que se recaudaba el dinero para mantenerlo, al
personal que trabajaba en él, a los administradores y sus deberes, así como a la manera en que se organizaban los
servicios médicos en la época virreinal.