Neoliberalismo y neozapatismo: desplazamiento forzado en Chiapas
El levantamiento en 1994 del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln) demostró la incapacidad y debilidades de las reformas neoliberales implementadas en México a principios de la década de los ochenta. Las recetas económicas de universidades británicas y estadunidenses para llevar un supuesto desarrollo y bienestar social, en realidad nunca contemplaron las problemáticas nacionales en aquellos países donde se llevaron a cabo. En México, una larga tradición de explotación y exclusión de los pueblos indígenas iniciada desde el siglo xvi confirmó que estas injusticias continuaban.
En 1910 el Ejército Libertador del Sur comandado por Emiliano Zapata y conformado por indígenas y campesinos de Morelos, que habían perdido la tierra comunal a causa de la reforma liberal de 1857, decidieron tomar las armas y unirse a la Revolución mexicana con el firme propósito de recuperar lo perdido. En 1992, el gobierno mexicano, encabezado por un grupo de tecnócratas, puso fin a las conquistas alcanzadas por campesinos e indígenas 80 años antes. Usureros y terratenientes comenzaron a ocupar las tierras de campesinos, ejidatarios e indígenas, amparados por una reforma constitucional y por demás impopular.
En Chiapas, que concentra casi 80 por ciento de los pueblos indígenas de México, los terratenientes obligaron a miles de ellos a abandonar sus comunidades creando guardias blancas y otros cuerpos armados irregulares e ilegales que los desplazaron por la fuerza de los pueblos y rancherías que habitaban desde hacía varias generaciones. En parte, a esto obedeció el levantamiento del ezln, sin embargo, la violencia contra los zapatistas y sus simpatizantes ha continuado.
Cuando un 22 de diciembre de 1997 un grupo paramilitar en un cobarde ataque abrió fuego contra los feligreses de la pequeña iglesia de Acteal, buscó atemorizar a los indígenas de la región de Chenalhó que simpatizaban con el ezln. Acciones como éstas han provocado el desplazamiento de miles de indígenas de los Altos de Chiapas, así como la indignación, la protesta y la condena nacional e internacional contra los abusos cometidos por el poder económico coludido con el político.