Si dejamos de lado por un momento esta percepción a través de la figura de quien fue su cónyuge, podemos sacudirnos también la idea de la esposa fiel y abnegada, compañera leal de aquél, para descubrir no sólo esos atributos, sino a una mujer con iniciativa, independiente, que comenzó a cuestionar el sistema en el que vivía y que, por lo mismo, atravesó una crisis hacia los últimos días de su vida, tras la muerte en el exilio de dos de sus hijos. Margarita Maza tuvo que convertirse en empresaria y administrar una tienda para conseguir recursos para ella, su familia y la causa liberal; junto con sus hijas, organizó eventos para recaudar fondos; fue perseguida y huyó hacia los Estados Unidos y a pesar de los vaivenes anímicos causados por las situaciones diversas que tuvo que enfrentar, lo hizo con paciencia, con convicción y con la certeza de que apoyar la causa juarista era lo mejor para su país. En agosto de 1870, los médicos le diagnosticaron a Margarita una enfermedad, misma que se fue agravando hasta terminar con su vida el 2 de enero de 1871, a la edad de 45 años, en su casa de campo ubicada en San Cosme. En la colección que presentamos para recordar a esta mexicana destacada, mostramos correspondencia que sostuvo con Juárez y con otros familiares cuando se encontraba instaurado el Segundo Imperio Mexicano.