Antes de que esto aconteciera la población tenía la expectativa de que el mandato fuera provechoso para la nación, cosa que resultó difícil dado lo confusa y agitada que fue la época. Durante su gobierno, Madero, tuvo que lidiar con diferentes situaciones, entre ellas, las insurrecciones en el Istmo oaxaqueño, el Plan de la Soledad impulsado por Bernardo Reyes, ataques mediáticos de la prensa nacional, entre otras.

Un domingo 9 de febrero de 1913 comenzó la Decena Trágica. Una de las primeras acciones de ese golpe de Estado fue tomar la Ciudadela, por lo cual Madero junto con los cadetes del Colegio Militar desde Chapultepec se dispusieron a marchar hacia Palacio Nacional a enfrentar a los sublevados; a su paso lo vitoreaban los ciudadanos, pero el fuego no cesaba y el camino fue escabroso, pues se estaba cocinando una traición para que el presidente Madero nombrara a Victoriano Huerta comandante militar de la plaza. Madero sería aprehendido y acribillado junto al vicepresidente José María Pino Suárez en las inmediaciones de Lecumberri.