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Sociedad
Portadilla de Camellones urbanos

Camellones urbanos

Para los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, la capital de México se extendía a pasos agigantados. Su crecimiento provocó, entre otras cosas, que el uso del automóvil, principalmente particulares, comenzara a generalizarse. Se hizo común el transporte de alquiler, de taxis, así como los autobuses urbanos. Surgieron los camiones de reparto de los grandes almacenes y de las fábricas de la ciudad. Al proliferar este tipo de servicio, surgió la necesidad de reglamentar el tránsito del entonces Distrito Federal, por lo que se determinaron el sentido de las calles, las áreas de circulación y estacionamiento, la señalización y más. Fue en este contexto en el que se construyeron por toda la ciudad los llamados camellones, espacios arquitectónicos que dan jerarquía a los ejes viales y dividen las trayectorias entre ellos.

Este tipo de obra dio una imagen distinta de las vialidades, además de que muchas se aprovecharon como andadores peatonales o como jardines y zonas de esparcimiento. El mismo crecimiento de la urbe provocaba el deterioro de las áreas verdes por lo que se utilizaron para replantar árboles, arbustos, flores, y en general para proporcionar a los habitantes un lugar visualmente atractivo, así como un sitio para compartir con sus familias a pesar de ubicarse en medio de las calles que habían transformado su entorno. De esta manera, se convirtieron también en una herramienta para que la población se apropiara de los nuevos espacios construidos a su alrededor y no los tomaran como algo ajeno o dañino para ellos, sino como parte de la benéfica modernidad que arribaba a su localidad.

La colección que presentamos ahora se encuentra formada por imágenes resguardadas por el Museo Archivo de la Fotografía que muestran el proceso de construcción de camellones en distintas vialidades de la Ciudad de México. Aunque parezca un elemento simple, detrás de toda esta transformación se movieron muchos actores: el Departamento del Distrito Federal, urbanistas, arquitectos, trabajadores, jardineros. Quizá no todo salió como se esperaba, tal vez se cometieron errores, pero así se fue moldeando la que ahora es una de las metrópolis más grandes y diversas del mundo.