El campo mexicano en la obra de Adolfo Mexiac
Como buen michoacano, de Cuto de la Esperanza, al gran artista Adolfo Mexiac (1927-2019) lo unió toda su vida un vínculo indisoluble con el campo. Tema recurrente en su vasta obra plástica, en esta muestra hemos seleccionado uno de los medios favoritos del maestro para expresar su cercanía con la tierra: el grabado de pequeño formato, pues las piezas que la conforman no rebasan los 20 centímetros de tamaño.
Su verdadero nombre era Adolfo Mejía Calderón; desde muy joven, durante sus estudios de secundaria en la capital michoacana, cambió la j de su apellido paterno por una x e incluyó la primera letra del materno formando así su apelativo artístico: Mexiac. Su formación artística la realizó en la Escuela de Bellas Artes de Morelia, la Antigua Academia de San Carlos y la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, cuyos maestros Pablo O’Higgins e Ignacio Aguirre lo llevaron por una temporada breve a participar en el Taller de Gráfica Popular, en donde expresa ampliamente su simpatía y solidaridad con el pueblo indígena y campesino, tema recurrente en toda su producción. Con una mirada honesta recreó paisajes que no están exentos de un crítica al sistema social de la época, pues en ellos hace evidente la pobreza y el desamparo de los campesinos, sin dejar de lado la sobreexplotación de la tierras. La maestría en sus trazos lo llevan a crear piezas plenas de gran detalle con una auténtica apariencia realista no obstante su ausencia de color.