lupa
Ivonne Szasz Pianta
Portadilla de <p>Ivonne Szasz Pianta</p>

Ivonne Szasz Pianta

Entré a la universidad en 1965 y hasta 1967 la discusión de ese momento era ¿dónde militar? Opté por el Partido Socialista (ps). En 1969 empecé a "noviar” con un simpatizante del mir, que después fue mi esposo. Juntos, con un amigo chileno que venía de Cuba, presenciamos la elección que le dio el triunfo a Salvador Allende. Los tres quedamos desconcertados de que él ganara. Mi ex marido estaba asustado, dijo: “ahora sí viene algo muy difícil, la derecha, la oligarquía, los poderes fácticos no lo van a permitir que Allende cumpla su programa”. El señor lo cumplió.

El 29 de junio de 1973 hubo una asonada militar. Este ejército de clase alta contaba con todo el entrenamiento militar y el adoctrinamiento de la Escuela de las Américas que tienen todos los ejércitos de América Latina, excepto el de Venezuela; venían de las clases altas que se sentían afectadas con la presidencia de Salvador Allende.

El intento de Golpe del 29 de junio de 1973, un grupo de oficiales jóvenes, impacientes, y el comandante en jefe del ejército lograron hacer valer su autoridad, e impedir el Golpe. Los apresaron con mucho cuidado, sin ofender sus derechos humanos. Ese día salimos a la calle, trabajadores manuales, intelectuales, jóvenes, ancianos, nos paramos frente a Palacio Nacional, y empezamos a gritar: “¡a cerrar, a cerrar el Congreso Nacional!”, salió Allende y dijo: “¡no señores, no voy a cerrar el Congreso Nacional! Éste es un gobierno democrático”. Ahí sí, todos con palos y piedras pidiendo lo que realmente queríamos, es que el ejército nos dejara apoyarlo en la tarea de defender la democracia.

El momento del Golpe fue terrible, impactante. A mis 26 años fue como estar dentro de una película de guerra. Escuchar los aviones bombardeando el Palacio presidencial. Todos los días que siguieron fueron terroríficos […] veías unos judiciales, con pinta de judiciales, con un muchachito en medio temblando, pensando qué día me tocará, cuándo y cómo salgo de esto. No había vuelta. No hubo ninguna manifestación de que se organizara alguna resistencia. Allende, sus palabras de su último discurso son muy claras, llamó para que nos fuéramos a nuestras casas. Dijo: “esto se acabó, vendrán otros hombres, se abrirán las anchas alamedas, hasta aquí llegamos”.