La captura de lo inanimado. La naturaleza muerta
Para comprender cómo se organizó por muchos años la división temática en las artes plásticas debemos remitirnos a la noción de género; es decir, la agrupación de obras por su contenido constante. En el caso de la naturaleza muerta, las obras representan objetos inanimados, como utensilios de cocina, libros, etcétera, o bien animales muertos presentados ya sea a manera de alimento que será preparado, o bien como fruto de la cacería. En este sentido, muchas de estas obras hacen referencia a espacios concretos, como la cocina y el comedor, e incluso a un área de estudio y meditación. En la selección que aquí presentamos predomina el subgénero del bodegón; en éste destaca el cuidado en la disposición y la composición de los elementos que lo conforman, los cuales se presentan de manera armónica a fin de generar en el observador una sensación de serenidad, y en varios casos, de abundancia.
Resulta muy importante destacar que la riqueza de alimentos que naturalmente se producen en México brinda además al pintor innumerables colores y tonalidades que estallan en cuadros altamente atractivos como los casos de la cocina poblana que incluimos en esta colección. Por tanto, podemos afirmar que el artista que se avoca a este género cuenta con un amplio margen de libertad compositiva.