Libros prohibidos
En la Nueva España, el control de lo escrito constituyó uno de los objetivos fundamentales de la Inquisición durante los años de su funcionamiento (1571-1820), pero especialmente a partir de 1740. Durante el virreinato, el listado de libros prohibidos o considerados peligrosos era muy amplio pues no sólo se trataba de publicaciones encuadernadas: se incluían desde hojas y folletos hasta obras de varios volúmenes. Aunque por lo general eran libros que atacaban o cuestionaban a la Iglesia, también llegaron a formar parte de dicha lista aquellos que reafirmaban sus dogmas. Éste fue el caso de la Biblia, prohibida durante el siglo XVI bajo el argumento de que su lectura podía prestarse a malas interpretaciones. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, la institución prefirió publicar edictos tres o cuatro veces al año, en los cuales se asentaba la lista de escritos que consideraba contrarios a la fe católica. Cada edicto presentaba un promedio de 150 títulos, tanto con prohibiciones locales como con las enviadas por el Vaticano o por la Corona. En esta colección se pueden revisar documentos de los siglos XVI y XVII de distintas regiones de México.