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Sociedad
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Gabriela Mistral y el Estado mexicano posrevolucionario. Los documentos

La presencia de Gabriela Mistral en México, de 1922 a 1924, se dio en el marco del periodo posrevolucionario, específicamente durante la presidencia de Álvaro Obregón, quien en todo momento reconoció la valía de la profesora chilena. Por ello, además de apoyar la invitación a Gabriela Mistral del secretario de Educación Pública José Vasconcelos a colaborar en la ambiciosa reforma educacional que se había planteado llevar a cabo, dispuso de los medios administrativos necesarios tal como consta en los documentos reunidos en esta colección.

Una vez que se aceptó la invitación sobre una estancia larga de Gabriela Mistral a fin de colaborar en diversas actividades educativas, entre los gobiernos de México y Chile se intercambiaron documentos oficiales como, por ejemplo, telegramas en los que desde el hermano país del sur se informaban las fechas de salida de la maestra y sobre una escala que había decidido hacer en la capital de Cuba, el 23 de junio de 1922. Observamos también en el mismo oficio la respuesta de Vasconcelos en la que agradece el que lo mantengan al tanto de su recorrido. Igualmente, Ernesto Barros Jarpa, ministro de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización de la República de Chile, comunica el 26 de junio del mismo año que la maestra había partido ya hacia México y agradecen profundamente la invitación a “la intelectual” Lucila Godoy, verdadero nombre de Gabriela Mistral.

El presidente Obregón también se mostraba entusiasmado por la presencia de la chilena en suelo patrio; firmó acuerdos que autorizaban los fondos para su alojamiento. Así se fue estrechando la relación entre la escritora y el primer mandatario, tanto, que fue requerida para el festejo del Grito en Palacio Nacional el 15 de septiembre del año citado. Contamos también con un telegrama en el que se habla de una fiesta dada por el embajador de Argentina en donde se refiere a un artículo Gabriela Mistral titulado “Figuras de Hispanoamérica el presidente Obregón y la situación de México”, del 15 de mayo de 1923, que resalta las cualidades y visión del presidente.

Despues de dos años de trabajo en nuestro país, constatamos en un documento oficial de enero de 1924 cómo el mandatario procuraba que se le asignaran sus viáticos. En otros escritos, en los que se reafirma el aprecio entre ellos, pueden leerse las palabras de agradecimiento de Obregón ante un gesto de generosidad, porque Mistral regaló unos libros a su hermana Rosita.