Ese mismo día nombró a su gabinete y decidió que Venustiano Carranza sería su secretario de Guerra y Marina, designación que contrarió los planes de Pascual Orozco, quien no pudo ocultar su disgusto por no haber ocupado el cargo. A esta discrepancia se unió el afán conciliador de Madero quien solicitó a los generales Villa y Orozco, no aplicar la cláusula señalada en el Plan de San Luis en la cual se indicaba que serían fusilados “dentro de las 24 horas y después de un juicio sumario las fuerzas civiles o militares que sostienen al general Díaz que, una vez estallada la Revolución hayan ordenado fusilamiento de nuestros soldados”, la que querían aplicar sobre el general Navarro. Por ello, Pascual Orozco le propuso a Villa forzar su ejecución. Sin embargo, consultaron nuevamente con Madero quien continuó con su decisión; por tanto, el 11 de mayo de 1911, intentaron aprehenderlo. El coahuilense se resistió y apeló a los soldados, logrando salir airoso del enfrentamiento con sus aliados. Además, decidió acompañar a Navarro hasta la frontera para que pudiera emigrar a El Paso, sin siquiera mantenerlo prisionero, con el afán de mandar un mensaje conciliatorio al ejército porfirista. Este pequeño incidente cambió la relación de Villa con Madero y fue utilizado por los consejeros del ex empresario para sembrar en él la idea de que el duranguense era un peligro para él. En esta colección incluimos algunos documentos sobre la participación de Juan Navarro en la gesta revolucionaria.