Vida cotidiana, momentos extraordinarios en la Casa de México en París
Ciertamente, albergar a jóvenes estudiantes conlleva el deseo de reunirse y festejar, y si bien el objetivo primordial como residente es tener un lugar de alojamiento seguro y óptimo, el interés de conocer y convivir con los vecinos es inevitable. Existen reglamentos que se tienen que cumplir a cabalidad, tanto al interior de las casas como en todo el espacio de la Ciudad Universitaria. El deseo por llevar a cabo fiestas o reuniones hasta altas horas de la noche debe ajustarse a las reglas de convivencia que firman los residentes a su llegada.
Aunada a los documentos, mostramos una interesante galería de imágenes de las instalaciones. En este sentido, conmueven quejas autógrafas de dos residentes (una de 1996 y otra de 1997) porque no pueden dormir ni concentrarse en sus estudios debido al ruido generado por sus compañeros durante sus tertulias nocturnas. Igualmente, consta la referencia a una velada que al parecer se salió un poco de control por el éxito de su convocatoria, que reunió alrededor de 300 personas. Para concluir, mostramos una petición a fin de solicitar permiso para llevar a cabo un evento de danza organizado por los residentes de la Casa. Por otro lado, las fotografías que forman parte de esta muestra, a manera de galería ilustran los ambientes al interior de la construcción, como la recepción, los pasillos, algunas habitaciones, entre otros, así como espacios exteriores, por ejemplo, la fachada plena de nieve en invierno.