Herederos de la tradición
La niñez: vehículo fundamental de la tradición
Son conocidas las fiestas de carnaval que anteceden a las celebraciones de la vigilia y del Santísimo durante la Semana Mayor. Nuestras tradiciones, tan ricas y diversas, se funden en centenares de festejos que atraviesan los calendarios religiosos mezclando rituales indígenas y católicos, en los que participan niñas y niños.
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El éxito de las festividades populares reside en la organización y en la continuidad que la Iglesia y los ayuntamientos despliegan en patronatos y representantes locales refrendando su compromiso anual con el pueblo. La fiesta mayor, la del Santísimo, el día de la Virgen de la Candelaria, la de los Santos Difuntos, el de la Virgen de Guadalupe, la celebración de Santiago Apóstol, los diablos, los moros, los chinelos, los líceres, son tan sólo algunas de las tradiciones en donde los infantes son los actores principales y los agentes de reproducción de las fiestas patronales. Mensajes, reglas, costumbres, cantos, danzas, obras de teatro, comidas y creencias que siguen su curso en innumerables festividades. En el traspaso de saberes los niños son fundamentales para que los viejos y los sabios cierren los círculos tradicionales.
En el número 4, de marzo de 2017, de la revista La Manta y La Raya, se leen dos interesantes artículos de la participación infantil en un par de tradiciones de Veracruz: una en las rondallas de jaraneros mixes de Guichicovic y otra en las danzas de los líceres en Santiago Tuxtla, que se realiza en el mes de junio. Por otra parte, en esta colección se pueden observar algunas fotografías de las danzas de los diablos niños de la Huasteca potosina, las de los Santos Difuntos de Huautla de Jiménez en Oaxaca, las de los Maxetik en Romerillo-Chamula, Chiapas, la Danza del cominito de San Martín Chalchicuautla, San Luis Potosí: “El cominito es el personaje más pequeño de la danza y representa a los difuntos niños. Su atuendo es camisa y pantalón blanco. Su máscara es de cartón o vaqueta, usa sombrero de palma, lleva un guaje de morralito, tiene un caballito de madera de huzima, y baila imitando los pasos de un caballo al compás del son”. Los pequeños que llevan flores en los arreglos del viacrucis o bien participan en la elaboración de máscaras en los talleres familiares dan cuenta de este importante eslabón que son las niñas y los niños en los carnavales y en los santorales del pueblo.